
Un enano y un gigantese encontraron una vez.Al principio se trataroncon mucho “servir de usted”.El enano se empinabacon ganitas de crecer,y el gigante, agachadito,lo escuchaba lo más bien.
Pero, pasando unos días,se acabó el trato cortés.Al gigante, la cinturase le estaba por romper,y al enano le dolíanlas puntitas de los pies.Desparejas amistadeseste fin suelen tener.
Poema de Germán Berdiales
2 comentarios:
Bellísimo
Me recuerda mi infancia
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